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Irredimibles Revista literaria digital _ Metaverso Fran Ignacio Mendoza

 

Fran Ignacio Mendoza, poeta y escritor en narrativa.

Nacido extremeño, a muy corta edad comienza su aventura por conocer, indagar y descubrir otros mundos, al trasladarse con su familia a Catalunya y poco después a Mallorca. 

Ya de adulto la palabra ha estado siempre presente para describir horizontes, realidad o ficción, en viajes por diferentes países y dentro de España.

Ha sido editado por diferentes editoriales desde 1999 hasta la fecha, además de colaborar en revistas literarias entre ellas :

Extremadura7días, Antrópika, Trépanos, Poesía Líquida, Tribuna, El Espejo… Y tener algunas reseñas en Librújula, Todoliteratura, La voz de Asturias, TotLleida, Puentes de papel, El papagayo verde, entre otras.

Toda la información sobre sus libros, eventos y presentaciones están en el blog: http://fransilvania.blogia.com/

 

Los poemas seleccionados, pertenecen al último poemario «Lo que no confesé a Nikola Tesla»  
publicado en Ole Libros

  1. Hoy 

Acabo de acordarme 
y sé que si no lo escribo, 
se me olvidará en un instante. 

Las calles de la ciudad se funden 
al descubrir que no hay fronteras 
y, a veces sí, hay barricadas 
y fuego. 

Entre las llamas se cuelan los viejos tiempos 
para adiestrar con pompa y boato, 
reconstruir un proyecto fallido 
años atrás. 

Hoy, reordeno mis recuerdos… 


  1. Quédate un rato más 

Fue nuestro momento más cercano. 
Te vi entrar en tu estudio-taller, 
Empujando apenas la puerta hinchada. 
Su herrumbre se resquebrajó fácilmente, 
la humedad influyó en el desgaste 
que adquiere la materia con el tiempo. 
¿Desde cuándo no venías? 

Tus lágrimas se secaban en un librillo 
para anotar penumbras, fórmulas, 
notas y recuerdos de otro mundo. 

Los ángeles visitan nuestros silencios 
justo un segundo antes de despertar. 
Las nubes se alejan del sueño 
y me hundo en profundas aguas oscuras… 
Tú, quieres salvarme y te hundes conmigo, 
mientras miles de ojos intrusos nos observan, 
parecen deleitarse con nuestro hundimiento. 

Abren sus bocas como sacos de estiércol 
y nuestra respiración se hace más densa 
y apagada. 
En la oscuridad, no hay nada más que oscuridad, ni siquiera un hilillo de luz 
por donde atisbar. Nada. 
Acuático desvanecimiento. 

La puerta se ha cerrado de golpe, 
como una lámina de amianto 
repleta de inscripciones en lenguas extintas. 

Asustado, te susurré al oído: 
—Quédate un rato más.. 

Tus ojos me miraron desde un abismo. 

—¿Nos hemos perdido? —dijiste. 

Respondí, acercándome más 
a tu cuerpo húmedo y, 
te abracé con fuerza, 
mientras me besabas. 

Ese beso fue distinto, 
gélido, de otro siglo, 
pero yo desperté un volcán interior 
para socorrerte en la hipotermia. 


 

  1. Una ilusión, otra luz 

¿Otra luz? 
Ayer, lo de ayer 
lo de tantas veces, tantas que 
hemos perdido toda cuenta, 
aunque sigamos el camino 
en nuestra propia evolución,  
en su dejadez, la visión es humo negro. 

Si estuviste alguna vez, no te reconocí. 
Fuimos desvaríos a deshoras, 
náufragos de un pasado inconexo… 
Las calles no tenían los mismos nombres,  
nosotros no sosteníamos el peso de la mirada. 

Veníamos de otro planeta 
o más bien, de orbitar 
al borde del letargo 
hipnotizados por unas notas 
que hicieron sentirnos descubiertos, 
un enjambre de héroes por un día, 
únicos. 

Parte de lo que la mañana calla, 
lo que olvidó la noche, 
lo que traerá el nuevo día… 
lo que oprime el pecho. 

Lo velado años ha, 
lo inesperado 
que tanto sorprendiera, 
lo que ya siendo previsible 
no emocionara. 

Ojalá hubiera sido capaz de ser yo, 
tener otra luz y no opacarme. 

Ser uno de esos seres 
que tienen como objetivo 
adormecer a los niños 
que un día fuimos. 

Relatos Disueltos en Sombras

Relatos Disueltos en Sombras

Relatos Disueltos en Sombras 


1.0
Cuando Marta me lo dijo, no supe reaccionar tal y como es normal o como se espera, pasaron unos minutos, conté para mí hacia atrás del nueve al uno y vuelta a empezar, inexpresivo como un objeto, no pude encontrar ni una palabra recurrente, alguna frase de las que se dicen en estas circunstancias; ella me miraba con desconcierto entre sollozos, mientras yo permanecía mudo, en un estado letárgico irracional.


2.0
Días antes, Julián me había llamado por teléfono y me sorprendió, ya que hacía mucho tiempo que no nos comunicábamos. No quería nada especial, simplemente saber de mí y disculparse por el tiempo transcurrido desde nuestra última charla. — Estás bien? -pregunté-— Claro, claro, solo que me acordé... -titubeó- Tenemos que vernos más. — ¡Cuando quieras! Colgué mientras miraba el calendario: martes 1, noviembre de 2022, un 9.


3.0

Tampoco es que fuera necesario disculparse, solo es la pareja de mi amiga Marta, aunque claro... Ahora sé por qué.Repaso: él no me había caído bien de entrada, pero con el tiempo, descubrí que teníamos intereses comunes y se creó, en las pocas ocasiones que estuvimos solos, un clima de una extraña complicidad, una especie de vínculo que nos unía pero sin ni siquiera comentarlo como algo extraordinario.

4.0 

— Se suicidó anoche... Parece ser.El rictus de Marta era de gran dolor, pero un dolor anestesiado, evidentemente, por los ansiolíticos suministrados.Yo permanecía impasible, y pensé que sería conveniente comentar la llamada de Julián, justo un día antes.¿Una despedida? -pensé-Marta ni se inmutó, se limitó a invitarme a un café...Le pedí perdón por mi primera reacción y ella, le quitó importancia... Charlamos de su proyecto y me marché un poco incómodo, no me acostumbraba a la nueva situación.


5.0

Un perro ladra en la esquina, estoy inquieto, ya que siempre me han dado miedo los perros callejeros y acelero los pasos hacia no sé dónde. Está oscureciendo, es una tarde muy fría y otoñal. Voy cantando para mí: Jump they say. Y salto, un escalón en mal estado, casi me caigo.Al otro lado del túnel, me intriga y me paraliza, una sombra que no tiene la intención de moverse del centro.Aprieto los ojos. No sé quién puede ser, ni si me ha venido siguiendo desde qué, o desde cuándo...No sé exactamente nada.La Sertralina me tiene aturdido y no actúo con normalidad. Pierdo el equilibrio...Disparo, aprieto más los ojos y vuelvo a disparar.Me doy la vuelta con ganas de vomitar, vomito al final de las escaleras, dentro de una papelera.Continúo caminando y observo que el puto perro me  sigue (...)

6.0

Mi hermana llamó temprano esta mañana, quería saber cómo se encontraba Marta y si era cierto que estaba atravesando un estado depresivo postraumático...— Y tú, ¿Cómo estás?— Medio dormido, bien. -Y pensé- ¿Acaso duermo alguna vez?
Me hundía entre dunas con un sol de injusticia, muerto de sed; me aconsejó un conejo, un socavón a unos doscientos metros, adonde podría resguardarme...
Me despertó la luz. No soporto la luz tan fuerte por la mañana. Tomé un café para reorganizar mis datos.Lo que hubiera ocurrido y lo que podrían ser simplemente alucinaciones mías.
Llamo a Marta y sin dejarme apenas hablar, me dice que tiene que verme ...
Antes de colgar, le pregunto: ¿Qué tal has dormido?No contesta nada... Y al cabo de unos segundos, me pone sobre aviso —Tengo noticias. 


7.0

Nada más entrar en su casa, -me mira desde la cocina, con los ojos enrojecidos-.— La autopsia revela que Julián no se suicidó.Me cuenta detalles forenses que ha memorizado y explicaciones, conjeturas, que no acabo de entender.— Tengo que ir a ver el cuerpo. Espera que diga algo y digo —vale... Me levanto y me voy.Giro la cabeza desde la puerta: —Ya me contarás. Adiós.


8.0

Llego a casa bastante desconcertado.No sé qué hacer. Pongo la radio, reggaetón, la apago.Tomo un Diazepan, intento relajarme y perder la conciencia...Un poco antes del paso siguiente..Esa frase la repito mentalmente como un mantra.Me he despertado sudando, aún me veo en la calle al anochecer, doblo la esquina y la luz de la farola está parpadeando, fundida. Un perro aparece y ladra muy cerca. Me entra el pánico.Alguien en la otra punta del paso subterráneo, está detenido, ¿me observa?Doy media vuelta. Miro hacia atrás y, la figura parece seguirme ...— ¿Qué ocurre? ¿Es todo una paranoia o lo estoy viviendo, de nuevo

9.0

— ¡Julián! ¡Julián!Alguien me llama desde el otro extremo del túnel que comunica con la salida del metro. A unos metros, reconozco a David, sí, hace tiempo que no nos vemos, hemos quedado en su casa para cenar.Marta está en un atasco y se disculpa por el retraso, -me informa- dándome un apretón de manos.
No nos habíamos vuelto a ver desde aquella tarde, y ya hace meses, en que todo se precipitó...También esperábamos a Marta, y charlábamos de nuestras vidas, y de las coincidencias, los nexos comunes y a la vez, tan distantes por una serie de circunstancias.
Llegamos a su apartamento, y enseguida me sirvió una copa. Me sorprendió al pasarme un gin-tonic con rodaja de pepino, detalle que solo comenté cuando Marta nos presentó, hablando de mil cosas. Haría más de un año.
Habíamos descubierto en aquel segundo encuentro que éramos una especie de almas gemelas, viajes a los mismos lugares y en fechas similares, rupturas de parejas en situaciones muy extremas y aproximadamente, en la misma época, mes arriba, mes abajo.— ¿Casualidades? -sonreía David, detrás de mí-— Teníamos que conocernos antes o después y Marta ha sido la llave maestra. Nuestra conexión personal.
De improviso, el pulso se me aceleró, me sentí horadado, descubierto. Era una sensación extraña. La misma que sentí en la última ocasión...La mirada de David parecía haber llegado al centro de mi mente y lo que me chocó más, se filtraba por mis arterias hasta el corazón. 
Salí a fumar a la terraza, pero apagué enseguida el cigarrillo, porque estaba helando.
— Marta se ha vuelto a casa, por lo visto, ha presenciado un accidente múltiple que ha paralizado la autopista, y la policía le ha acompañado a casa. También ha sido atendida por el equipo de psicólogos, al quedar su coche a centímetros del último colisionado.–me detalló David–.— Voy a verla, al menos, intentar llegar en metro. –le dije a David, mientras me ponía mi cazadora y los guantes–.—¿Te acompaño? Respondí con la cabeza y una sonrisa con agradecimiento, pero no.Se aproximó a mí y me dio un abrazo fuerte. Sentí un recorrido electrificado de pies a cabeza. ¿Electricidad estática?

 

¿Desenlace? 


Estoy recogiendo todas mis cosas, sin ganas y sin prisas. Suena el teléfono, dejo que se agote la llamada...Está lloviendo y me gusta escuchar la lluvia, me hace bien; me recuesto un poco más, me desperté a las tres y después no he podido pegar ojo.
David no me había dicho la verdad.Tuve que ser yo quien descubriera lo que había pasado durante meses...
Julián no se atrevió a contestar a una sola pregunta, solo una y no insistí nunca más, aunque ya, no pueda responder nada.No está.
Aquí estoy, sola y no sé cómo podré olvidar, resolver este puzle donde soy la única pieza sobrante. Una pieza sin casilla. Una sombra disuelta en la oscuridad. Ciega.
Tengo que ir al hospital. Inés, la hermana de David me avisó hace días, me dijo que tenía que hablar conmigo, pero yo apenas tengo amistad con ella, no comprendí simplemente.
Después de su llamada y su entrecortada confesión, me pareció todo aún más complejo.
David estaba arrestado, esperando el veredicto del juez.
Yo había sido la araña confiada que tejió la tela donde cayeron ellos dos, pero la verdadera víctima había resultado ser yo misma... Ellos tuvieron sus más y sus menos, mentiras, excusas y miedos ocultos entre ambos.Nunca lo llegaré a entender del todo.
—Marta, hoy no podré ir a cenar, he tenido un problema con el ordenador y debo esperar al informático...–me avisó una tarde Julián–—Pero David es informático, ¿quieres que le llame yo?– yo, la salvadora, la cómplice colaboradora sin saber que lo era–
Poca importancia tienen hoy esos detalles. 
Inés, tuvo una gran bronca con David, días antes del desastre imprevisible.— Marta, es tu mejor amiga...¿Cómo has podido hacer eso? No saber parar a tiempo... Me has decepcionado como hermana y como mujer. Eres un asqueroso... 
Recojo mis cosas y me voy a casa de mi madre.No queda nada mío en este piso.Echo una última mirada antes de cerrar la puerta y encerrar todas esas sombras que convivieron conmigo durante meses o años.

 

La otra realidad 


Eugenio descorrió las cortinas, la habitación estaba cargada de un aire denso y cerrado, necesitaba ventilarse bien...

Como consecuencia del accidente de tráfico de Marta, hecho que la mantuvo ingresada en la UCI una semana, y después en planta unos quince días más, su estado de sueño y vigilia se había transformado.

Posteriormente y siguiendo de baja por estrés postraumático, ya en casa, continuaba durmiendo más que antes y, profundamente. Ni siquiera necesitaba los hipnóticos que había tomado durante años.

Marta se revolvió entre las sábanas y abrió un ojo...

Vio la mirada de David perdida en el horizonte, mientras la imagen se borraba a la velocidad del vagón de tren que le llevaba...

—Son las 9, buenos días, cariño –le anunciaba Eugenio–.

—Ya... Es que he tenido un sueño horrible.

Tomaron café en la cocina.

—¿Recuerdas algo del sueño?–preguntó Eugenio, que por recomendación terapéutica le indicaron que anotase cualquier detalle, tanto lo referente a pensamientos, conversaciones, sueños o frases incoherentes o no–.

—Poca cosa, mi hermano David estaba vivo, y arrestado al final, no recuerdo más. Había imágenes confusas y caras desconocidas.

Reseña de José Luis Morante

Reseña de José Luis Morante

Lo que no confesé a Nikola Tesla
Fran Ignacio Mendoza
Prólogo de Jorge Pérez cebrián
Editorial OléLibros / Poesía
Valencia, 2023

A PESAR DE LA LLUVIA

 


 Fran Ignacio Mendoza, extremeño nacido en Orellana en 1970,  pero asentado en Mallorca desde los siete años muchos años, impulsa un recorrido literario bifurcado entre la narrativa y la poesía. El espacio creativo integra casi una veintena de publicaciones, a las que ahora se suma Lo que no confesé a Nikola Tesla, una entrega poética que busca sitio con el vitalismo editorial de Olé Libros. Llama de inmediato la atención del lector el título del poemario y el rescate en primer plano de un personaje de la ciencia. Como es sabido, Nikola Tesla fue un entregado inventor de creatividad fascinante. Se formó como ingeniero eléctrico y mecánico serbio. Nacionalizado estadounidense, protagonizó una biografía de luces y sombras, donde destacaron numerosos inventos y sus aportaciones al diseño del moderno suministro de electricidad de corriente alterna.​
   El poeta Jorge Pérez Cebrián, autor del texto introductorio “Lo que el nombre encierra”, ensaya una exploración de los varios registros expresivos del sustantivo y de sus laberintos conceptuales, para abordar después, desde la poesía de Fran Ignacio Mendoza, la sombreada superficie de la propia identidad a través de un interlocutor en ausencia, Nikola Tesla, que asiente de buen grado a esta jornada de puertas abiertas de la sinceridad y del viaje interior. El personaje no es una simple excusa cultural. Como clarifica el poeta en nota final; el inventor es un referente vivo de la educación existencial del yo. Fascinado por su singularidad, se ha impregnado de sus señales concretas más definitorias, aquellas por la que el gregarismo del entorno dictaminó su rareza y su locura, su existencia a trasmano de las convenciones.
   La entrega Lo que no confesé a Nikola Tesla se articula en dos tramos. El primero, “Lo confesado a destiempo” es el de mayor extensión y marca todo el tono general del libro. Define un bosque de textos con la enramada múltiple de la evocación. Mirar los pasos remansados del ayer es abrir ventanas de luz a la introspección y el viaje interior. El transcurso vital ha marcado la piel con experiencias y enseñanzas y es necesario reordenar los recuerdos para que no se pierdan en el transitar bifurcado de lo diario. La realidad está ahí y en ella “Somos energía y silencio”, un tránsito de reflexión y conocimiento en el que se van sumando ausencias, regresos al mundo de la infancia como territorio de magia y asombro, los signos marcados de la educación sentimental, esos sueños que hacen temblar como el viento cuando agita una brizna de hierba, y el largo itinerario, emboscado entre luces y sombras de los sentimientos.
   El tramo “Lo que nunca podré decir” sugiere un estado de soledad y desvelamiento, en el que el yo se refugia en el silencio. La presencia del otro sumerge en un estado de incertidumbre. A veces el resentimiento está cerca, como si pronosticara una hecatombe cumplida. La soledad se impone: “Fuimos nosotros los que cambiamos, los que perdimos / ritmo, luz, sentido y voluntad. / Hombres y mujeres desgastados por la repetición / cotidiana, sin ser conscientes de ello.” Solo queda resistir; mirar hacia atrás para saber si el alba guardó su luz ante la larga noche.
  La conciencia del sujeto poético protagoniza un largo viaje. Camina descalza desde la niñez y los años más jóvenes hasta asentar sus pasos en el suelo contingente del presente. Un largo trayecto en el que nunca se despoja del mapa de la memoria. Por eso, en la escritura de Fran Ignacio Mendoza abundan los referentes autobiográficos. La poesía se despoja de la contingencia para acercarse a las vetas interiores del yo, y mostrar la dimensión más íntima y personal, aquella que enlaza incertidumbres y sueños, los pasos de la soledad en los nuevos escenarios que la vida propone. La esperanza que marca la raíz del existir; la búsqueda del sentido vital exige mirar atrás, recorrer los declives del tiempo para encontrar en ellos unos hilos de sol que iluminen los días con la corriente alterna de esperanzas, sueños y afectos.

 

 

 

JOSÉ LUIS MORANTE

Presentación en Cáceres

Presentación en Cáceres

El día 20 de abril, a las 19:30, se presentará Lo que no confesé a Nikola Tesla, en la Biblioteca Pública Rodríguez Moñino-María Brey de Cáceres, acompañado por la poeta cacereña, ilustradora y docente, Cora Ibáñez.

Un lugar donde ya presentara en 2017, Ritos Pánicos, editado por Letras Cascabeleras.

Presentación en Las Claras de Plasencia

Presentación en Las Claras de Plasencia

El día 14 de abril a las 19:30, estaré presentando junto al poeta placentino Iván Hernández Montero, licenciado en Bellas Artes, en el Centro Cultural Las Claras de Plasencia. 

Un espacio histórico y mágico, solo tenéis que hacer una búsqueda de imágenes y quedaréis, como yo, sorprendidos.

Reseña del poeta Manuel Díaz García

Reseña del poeta Manuel Díaz García

Lo que no confesé a Nikola Tesla de Fran Ignacio Mendoza.Una vez más Fran nos vuelve a sorprender con su poesía en esta ocasión poesía surrealista a veces, Íntima, confesional, romántica, valiente, sincera, honesta, sin faltar algún matiz erótico, al cual nos tiene acostumbrados. Quien se acerca a este libro podrá sentir dentro de él que el tiempo se diluye y deja de existir, cohabitamos pues, junto a Fran y Nikola, el no tiempo que, paradójicamente, posee más contenido que cualquier momento vivido por cada uno de nosotros. También nos muestra Fran en este poemario su amor, ya no solo por Nikola Tesla, sino por los clásicos de la literatura universal y la literatura en general y, como no podía ser de otra forma cuando se trata de hablar de héroes, sus héroes, no podía faltar David Bowie. Teje Fran entre sus versos una telaraña en la que mágicamente nos atrapa haciéndonos partícipes de lo que pudo ser o no la vida, su vida, nos enamora con una nostalgia noble que termina confundiéndonos a nosotros mismos llegando a creer que pueden ser nuestros sus recuerdos, se replantea la vida considerando que la obsolescencia de todo es el punto de partida a un porvenir cargado de esperanza donde la poesía inunde las calles y los corazones de los transeúntes, siente el poeta pues, que el fin de la humanidad no es esta fosa que hemos cavado y que vendrán tiempos mejores. Este poemario es un ejemplo de lo que el ser humano puede hacer para salvarse de su propia hecatombe, hay que disfrutarlo en soledad esa soledad compartida con Fran Ignacio Mendoza y Nikola Tesla, y como nos diría el gran inventor: “Estar solo, ese es el secreto de la invención; estando solo es cuando nacen las ideas”, permitamos que Fran Ignacio Mendoza con sus ideas cree en nuestro interior un mundo mejor.

Bio-bibliografía revisitada

Bio-bibliografía revisitada

FRAN IGNACIO MENDOZA

Poeta y replicante extremeño, que ha vivido la mayor parte de su vida en Mallorca. 

Compagina su labor en Sanidad como Técnico en Enfermería con su actividad poética y narrativa. Su vocación llega en plena adolescencia, imponiéndose el estudio de los clásicos, hasta los ismos que le influyeron: Surrealismo, Animismo, Concretismo (…) de ahí, su idolatría por la generación del 27 —especial hincapié en Luis Cernuda y Vicente Aleixandre—, sin olvidar a Fernando Pessoa, Charles Baudelaire, Conde de Lautreámont, Lord Byron…, o autores en narrativa, desde William Borroughs a Roberto Bolaño o Fernando Aramburu…

Ediciones hasta la fecha:

-«Terminal Babilonia/En aras de un susurro. Ed. Recerca, 1999.

-«Opus XXI», 2011, Bubok.com.

-«El trastero del corazón» (Trilingüe: castellano, catalán y portugués. Libro de autor, 2003.

-«La eternidad efímera», Ed.Casa Eolo, 2012.

-«Las palabras justas/Pequeñas grandes máximas», Es.Casa Eolo, 2012.

-«Herramientas y otras luces distantes», con Carlos Muñoz,  Osiris/Nacional Ediciones, 2012.

«El exilio voluntario», Ed. Casa Eolo, 2013.

-«Los colores vividos», Ed.Artguerüst,2014.

-«Antología de relatos»: «Asesino en sueños», Ed. Casa Eolo, 2014.

-«El lenguaje interior». Ed. Letras Cascabeleras, 2015.

-«Ritos pánicos». Ed. Letras Cascabeleras, 2017.

-«Final e inicio». Ed.Tau, 2017.

-«Circuito integrado de un tripulante prófugo». ElAbismo, 2019.

-«Antología del abismo». Ed. Vitruvio, 2019.

-«Reflexiones y taquicardias». La Equilibrista Editorial, 2020.

-«Ensayo para una misión». Versátiles Editorial, 2021.

-«Una revisión a la realidad». Eris Ediciones, 2022.

-«Lo que no confesé a Nikola Tesla», Olé Libros Ed, 2023.

 

Eventos especiales:

Ha colaborado en eventos poéticos entre 2011 y 2016, tanto en Mallorca, en los Spoken Word, que organizaba Toni Tone -Toni Bauzá- como en Extremadura: con Lagarto Poético en los Martes Poéticos, Badajoz o en Sherezade, María Mandiles en Cáceres, entre otros esporádicos en otras comunidades autónomas.

-Forma parte de la Antología a nivel internacional del Premio Poemas al director -Poemas Solidarios con ‘La palabra justa’. 68 poetas seleccionados, junto a nombres como: Federico Mayor Zaragoza, Luis Eduardo Aute, Ángel Petisme, Inma Luna, Fernando Berlín, J.Carlos Mestre, etc.  SoyPoeta.com/ 2013.

En el Vº Premio de Diversidad Literaria es elegido para la antología ‘Versos en el aire’,  con el poema “Fluctuación”, 2016 en Madrid.

También, para la Asociación Habla de Valladolid: “Poemas por alimentos”, aparte de  acto solidario. 2016.

Participa en la Feria del Libro de Trujillo,  con “Los colores vividos”, 2016.

Feria del Libro de Cáceres con "Final e inicio", 2018. 

Es la voz para el spot de Costa Dulce  “Puerta a la naturaleza y al interior”, para el Stand de Extremadura en FITUR, 2017/18

40 Feria del Libro de Badajoz, invitado por Aeex. 2021 y 2022.

Presentaciones de muchos de sus libros en Palma, Barcelona, Madrid, Cáceres, Valencia, Badajoz ,Sevilla, Albacete, Ciudad Real, Plasencia…, o Budapest.

 

Algunas colaboraciones:

 

-‘Los países profundos’ en la revista El fill d´Ariadna, Manacor, 2000.

-’Un mar de poemas solidarios’. Con ‘Atrofia’. Editorial Afers, Valencia  2012.

-El relato ’Los países profundos’ y el poema ’Color blanco’ en la revista  La bolsa de  Pipas, nºs: 85 y 86.          Ediorial Slopper, Palma de Mallorca, 2012.

- El relato ‘Deshabitados’ en Revista Madreselva de Zafra, 2015.

- ‘Deshabitados’ y ‘Pegaso’, en la revista peruana Kcreatinn, 2016. 

- Antología Poesía contra el olvido, Oviedo, 2018.

- Amamos la poesía, Antología de Instagram, Gijón, 2019. 

- Revista Librújula, donde Enrique Villagrasa, recomienda «Ensayo para una misión» entre los 10 libros del verano 2021. 

 

En 2009, crea su blog http://fransilvania.blogia.com/ Casi todos los enlaces de interés están aquí, y otros en instragram: @fransilvania.ex y @fran.ignacio_mendoza_oficial

Lo que no confesé a Nikola Tesla, presentación

Lo que no confesé a Nikola Tesla, presentación

Buenos días, 🌄 Dentro de 14 días, tendremos el placer de presentar por primera vez «Lo que no confesé a Nikola Tesla», editado por @olelibros.com_editorial.Nos estrenaremos en un lugar y entorno mágicos, en Selva, municipio de la Serra de Tramuntana, Mallorca. El día 2 de marzo a las 19 h. A S’auditori d’Es Centre-Selva, Biblioteca Municipal de Selva. 
Agrair a l’Ajuntament de Selva i la seva Biblioteca Municipal, per l’atenció rebuda per part del seu gestor cultural: @guillemflorit, que ha  fet possible que aquesta primera presentació sigui aquí. Moltes gràcies i un veritable honor.Al grup de lectura de la Biblioteca i a tot el municipi de Selva. Además de un privilegio  tener a Toni Bauzá -editor, poeta y diseñador gráfico- en la introducción, gracias por su colaboración. 
Una mención especial por su apoyo y aporte en este evento a @bielpolmairata@pepamateos, y a lxs compañerxs de Hospital d’Inca i Hospital de Manacor.
Primer avance, que más cercana la fecha del evento, volveremos a hacer otro recordatorio.Muchas gracias.Gràcies a tots i a totes. 
#selva#auditori#biblioteca#mallorca🌴#tramuntana #franignaciomendoza#prosapoética #poesía #loquenoconfesé #nikolatesla

«Lo que no confesé a Nikola Tesla»

«Lo que no confesé a Nikola Tesla»

«Lo que no confesé a Nikola Tesla», es un viaje en el tiempo, con dos historias entremezcladas entre la realidad y la ficción, que van hilvanando la historia por tramos desde la niñez a la adolescencia, hasta llegar aquí… A hoy.


Es un trayecto de idas y retornos, de encuentros y descubrimientos, entre Extremadura y Mallorca. 


La soledad, abreviatura de la tristeza, dará un leve repaso a algunos detalles históricos, que conforman parte de los escenarios confusamente imaginados.


Referencias  autobiográficas con connotaciones oníricas desde que aparece Nikola Tesla y las complicidades que nos unen y son parte de la trama, entre intervalos de júbilo y desorientación. 

«Solitarios, buscándonos a través de años no compartidos. Esperándote en un tren estancado, en una sala de espera media vida, sin voz y en puro desequilibrio.
Hipnotizado por tus grandes logros, desde mi letargo. Tus predicciones acertadas, siendo siempre tú. Y yo, en mis ensoñaciones:
Lo que oprime el pecho. Lo inesperado hoy: ser uno de esos seres que adquieren como objetivo, adormecer al niño que un día fuimos…».
Porque no podemos olvidar el metal grávido del alma herida, en estos tiempos de deshumanización y obsolescencia. 

Será un placer presentar este poemario autobiográfico con inmersiones en lo anacrónico, lo onírico, como dos historias paralelas hacia una visión del mundo muy personal, mirando hacia atrás y llegando hasta este presente...Nikola Tesla, aparece y su influjo abarca todo el poemario-relato.

Muchas gracias a Olé Libros @olelibros.com, al pedazo de prólogo de Jorge Pérez Cebrián @jorgepcebr, y a todos los que han hecho posible este sueño.


Enlace de venta desde la web editorial:
https://olelibros.com/comprar-libros/poesia/coleccion-ites-poesia/lo-que-no-confese-a-nikola-tesla/

Presentación en la 41 Feria del libro de Badajoz 2022

Presentación en la 41 Feria del libro de Badajoz 2022

.Primeras imágenes de mi paso por la Feria del Libro de Badajoz 2022.
Resumí todo lo posible las diferentes aristas de las que trata el libro, tomando algunas frases de La absoluta realidad y ofreciendo una visión general desde mi perspectiva, dos años después de haberlo escrito. Que es intemporal, es indudable: la humanidad no va a cambiar en un par de siglos ; que estamos en recesión económica e involución social y cultural, no es ningún secreto; que estamos siendo manipulados desde el principio de los tiempos, pero hoy más aún, los medios llegan a intervenir el libre pensamiento, la hipocresía es la misma desde que el hombre - que aún no es humano - está manejando las cúpulas del poder: desde la religión, la política, las asociaciones por intereses, siendo enemigos en la mitad de las ocasiones; las organizaciones mundiales que controlan hasta el más ínfimo detalle de lo que nos llega, la mala educación in crescendo, la falta de cultura y de valores entre las generaciones más jóvenes... La MENTIRA, con mayúsculas.
Y así, podríamos estar enumerando todos los aspectos de esta triste realidad.
El público asintió, y me sentí totalmente entendido.Gracias a la Asociación de escritores extremeños @aeex_extremadura, a la organización de la Feria del Libro de Badajoz, y al ayuntamiento por su apoyo a la creación y a los autores.

Y gracias a los asistentes y conpañerxs. 
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Feria del libro de Badajoz 2022

Feria del libro de Badajoz 2022

Participo una vez más con el grupo de autorxs que presentamos novedades editoriales. En este caso, «Una revisión a la realidad», Eris Ediciones, SL. 2022.

Espero vuestra estimable presencia y podré haceros partícipes de unas cuantas pinceladas de esta Absoluta Realidad. 

 

(...) ¿No sabes cómo poner las manos en este trance? 

Haz así :

Respira profundo y pausado. 

Recuerda momentos gratos de tu vida...

El aire es libre aún. 

 

Para la firma de ejemplares estaré en la la Carpa del Ayuntamiento.

Muchas gracias.

 

Presentación en Biblioteca de Extremadura

Presentación en Biblioteca de Extremadura

El acto comenzó y finalizó a la hora prevista, fue una tarde de calor, donde los muros del edificio protegían de esa sensación de falta de aire.

Hubo mucha conexión con los asistentes, atentos y con intervenciones al final, que hizo más interesante el tema que trata Una revisión a la realidad.

 

En las foto aparece el presentador Roberto Moral y un servidor. 

Agradecer a la organización de la Biblioteca de Extremadura, todos los soportes y su amabilidad.

En un lugar emblemático de la ciudad, enclavada la biblioteca dentro del recinto amurallado de la Alcazaba de Badajoz.

Donde prosiguen las excavaciones y salen a la luz nuevos hallazgos.

Muy recomendable para visitar toda la Alcazaba y la Plaza Alta.

Gracias a los asistentes y hasta la próxima.

Y recordad :

Amputemos la mentira 

Presentación en Biblioteca de Extremadura

Presentación en Biblioteca de Extremadura

El 5 de mayo, a las 19 horas, acompañado por el poeta Roberto Moral, se presenta Una revisión de la realidad, en este espacio tan especial.

 

Dentro del recinto de la Alcazaba de Badajoz. 

Nuevo poemario, editado por Eris Ediciones, 2022

Nuevo poemario, editado por Eris Ediciones, 2022

Una revisión a la realidad 

 

Retrata la manifestación más ortodoxa de lo que denominamos sociedad dentro de un contexto intemporal, desde la visión de un ser librepensador, un anónimo común, un sujeto que podría ser cualquiera de nosotros ante circunstancias extremas que nos obligan a reformularnos los objetivos y las prioridades, llevando al orador a decir sin tapujos las verdades, incluso descaradamente malsonantes. 

La opresión continua y la hipocresía destapadas en cada poema, unidos entre sí, establecen una unidad que conforman estas disecciones sociales, con sus interferencias impuestas, desde el panorama de la desesperación y las injusticias insospechadas; el auge de la pobreza y el de las falsas apariencias, las de siempre y que desde esta perspectiva irritan aún más, convirtiendo en trasiego el hecho de sobrellevar esta subsistencia y mantenerse impasible. 

Estos poemas practican una autopsia a la realidad actual y persistente, a los desórdenes que intervienen con delación y a sangre fría, a los exámenes diarios, patéticos o sufridos, que conllevan contumaces interrupciones y retrocesos en este avatar que vivimos

LETRAS EN OTOÑO

LETRAS EN OTOÑO

Dentro del Programa Letras en Otoño, promovido por Fomento de la Lectura en Extremadura, la Diputación de Badajoz y la Asociación Aeex de Escritores Extremeños @aeex_extremadura.

Fran Ignacio Mendoza, presenta el 26 /11/21, a las 20:30 horas, su poemario «Reflexiones y taquicardias», editado por La equilibrista editorial, 2020. 

Tertulia Poética en Badajoz

Tertulia Poética en Badajoz

Esta tarde, día 8 de octubre a las 19,30 horas en la plaza de Santa Marta, frente a la librería Merienda de Letras, al aire libre, estaremos un grupo de autorxs pacenses y/o extremeños, recitando algunos poemas de nuestra obra. 

Poema homenaje de Ángel del Río, poeta.

Poema homenaje de Ángel del Río, poeta.

Reposted from @adelrio75 Para @fransilvania.ex , amigo y poeta.


SIMPLEMENTE FRAN.

Un impulso convulso,

un dardo directo al corazón.

Las llagas bajo los pies de tanto apartar la piedras del camino,

de tanto intentar reparar el corazón,

no sólo el suyo, también el mío,

el de todos y el tuyo.

Un reflejo imperfecto en mitad del olor

a Mediterráneo,

olor a salitre que invade las venas.

Una bocanada de aire con sabor a paz interior, sobre la dehesa extraña y extremeña.

Un tripulante prófugo de su propia realidad, exiliado voluntario

de la hipocresía y lo políticamente correcto, buscando el billete dorado

que le lleve hasta el último tren

con destino Babilonia.

Siempre reflexionando,

sobre el mundo y sus circunstancias.

Y aunque la realidad le provoque taquicardias, él nunca dejará

de ensayar para la misión de ser,

de estar, de escribir, de sentir,

de llorar y de reír.

Regálame tu verso, Fran,

atina con tu flecha hipodérmica

en mi conciencia.

Sigue manchando los cuadernos de tinta y vino, sigue dibujando,

con tus palabras, paisajes suburbanos, cielos de otras tierras,

corazones disipados.

Regálame tu verso, Fran,

y lo sembraré en la vereda para que crezca un tiempo nuevo. 

Reseña de Sergio Mesa sobre Ensayo para una misión

Reseña de Sergio Mesa sobre Ensayo para una misión

Reposted from @_sergiomesa No soy un grandísimo lector de poesía, pero me maravilla la cualidad líquida que tienen los versos. Que son capaces de adaptarse y fluir sobre nuestras experiencias vitales, hasta empaparlas con las imágenes y los símbolos que entreteje el poeta.
Y esto es lo que me ha pasado con "Ensayo para una misión" de @fransilvania.ex (editado por @versatileseditorial) Que, sin esperarlo, ha venido a subrayar sentimientos que tenía a flor de piel sin dejar de transmitirme su mensaje propio y potentísimo.
Dice Agustín Calvo Galán, en el prólogo de la obra que es imposible salir intacto de los poemas de Fran. Y ha resultado cierto. Pero de una forma que no esperaba. En lugar de los versos afilados que me sugería una afirmación como esa, encontré declaraciones sencillas, llenas de fragilidad y certidumbres que me calaron hasta el tuétano.
Estoy seguro de que volveré a los versos de "Ensayo para una misión" y estoy seguro de que volverán a empaparme.
#queleer #literatura #literaturalgtb #literaturalgbt #poesía #versatileseditorial #recomendacionesliterarias #peroquefuckingmaravillajoder #escritoresdeinstagram #reseñaliteraria #reseñasdelibros #bookstagram #bookstagramespaña #citasenespañol

El exilio voluntario

El exilio voluntario

 

Penúltima hora

 

 

Anoche, rescatándome de los escombros vividos

las horas se hacían cadentes y sin luz.

Juzgado por un tribunal sin rostros

en las vigas del techo

anduve de arriba abajo, revolviéndolo todo,

buscando entre mis cosas una paz extinguida;

mi cuerpo era una maleta pesada

y las tortugas se habían convertido en mis pies.

Las horas se hacían cascote en la mente.

 

Anoche, aún me sentía con fuerzas,

a pesar del inmenso rompecabezas

que ocupa mi vida desde siempre.

En los salones abandonados

y en la nota de equilibrio olvidada

en un pupitre, en el que no aprendí nada.

 

Las nubes ahorcadas con los cables,

los ojos rebosantes en un estanque sin caricias,

las paredes enajenadas implorando el viejo calor.

Anoche, bizarro, quise gritar con rabia:

la destrucción es sentir más frío que nunca,

es ver arder el decorado…

 

Me froté los ojos con ambas manos,

resignado contra el marco de la puerta.

El hombro ya entumecido cuando despuntó el sol.

Y en la suma de la noche con el día nuevo,

las horas se hacían un flamante colador.

 

 

Crimental

 

…En tu sueño dulce,

te dolía un puente en la cabeza

y lloré.

Caimán adormilado con suspiro de azufre,

te derrumbarás lentamente,

en tu sueño dulce.

 

Lo tengo escrito bajo las losas,

hay un “deja vu” de posibles gallos

en la frontera.

 Te dolía un puente.

Te animé con bosques, para acostumbrarte

al futuro fuego.

Lloramos juntos. Lloré.

 

Tras el hastial convenido,

apartando el vidrio utilizado.

Luego corrí caminos, hastiado,

que gritaban tu nombre con insistencia.

 

Ven, destino mío,

dolor querido mío,

furtiva presión en la sien,

enviciada de viejo vicio

escamada de cielo.

No vengas, destino mío.

Dolo querido mío… ¡Fuera!

 

Dolor usado contra tus venas,

placer ansiado en un momento,

dolor y sangre era tu amor,

y  ningún hombre más bebió tu sangre.

Tu vida, tu sangre…

Desde entonces te busco, te arrastro,

por la pendiente abismal de mi sueño virgen.

De tu crimental.

 

 

El banquillo de los acusados

 

Fue en el banquillo de los acusados,

anexo a la sala donde los búhos,

trafican con heroína y jóvenes.

Allí donde el sol jamás calentara

aquellos muebles que apestaban a desinfectante,

a hortensias secas sobre un diario orinado,

que cuarteaba la sonrisa idiota de la modelo.

(Anunciado dentífrico en la desidia acumulada.)

 

En la mesa contigua, un vaso con azúcar

de un té anterior, y una nota:

-el día que pregunté por “El Castillo” de Kafka,

y me indicaron arsenales sin género-

y entonces recordé, cómo, cuándo, por qué…

 

Los pasos en el pasillo no cesaban.

La luz intermitente del escaparate,

que ilumina los interiores en los films americanos,

me hace volver en sí…Tus ojos.

Anoche vimos algo desde fuera:

como una mujer se comía una rana viva,

encañonada por la nuca,

mientras alguien pedía otro carajillo…

 

Fue en el banquillo de los acusados

en las dependencias de la frontera marroquí,

en una espera lenta y desigual, tus ojos frente a mí…;

el gesto de ofrecerme un trago,

el temblor de tu mano al pasarte la botella;

la inquietud que deshilvanaba una costura.

-No pasará nada-  Dijiste.

 

Luego te llamaron. Temí lo peor.

Dudé de todo, me ensordecían los pasos

para desintegrarse luego en la maraña espaciosa

de  pensamientos sin tino.

No te vi regresar.

Al salir, la barrendera barría la entrada.

 

 

El ansia, la ilusión

 

I

 

El tiempo se come las uñas

en una estación cualquiera,

y las niñas comen chocolatina

sentadas en el retrete.

 

Debo darte un beso al menos.

no puedo quedarme aquí,

donde los días son enormes piedras,

qué cargo frente a todos,

convertido en objeto de estudio o crítica.

 

Los días se ocupan de ser

todo lo ocupados que no son;

mientras quedo inerte y vacío:

manos guardadas del peligro.

 

Comestible es el tiempo como las uñas.

Tiempo cargado de decrépitas sonrisas,

mundo que observa como un solo ojo

con muchas pupilas,

para adorarte, asesinarte,

o meterte gato por liebre,

a la primera de cambio.

 

Debo darte un beso al menos;

debes saber que no estoy sujeto,

ni que me como las palabras en otro idioma,

como el tiempo se come las uñas todo el día.

 

 

El ansia, la ilusión

 

   II

 

Quiero un mar de tiempo.

Quiero un mar de tiempo para saciarme,

lentamente un beso, otro beso,

como susurro que arde en tu oído,

como deseo fugaz, toscamente.

 

Debo ir a ocultarte mi miedo,

y estrangular las sombras impotentes

que amanecen sobre los cuerpos,

en las bajas horas.

 

Quiero olvidar las niñas homicidas,

los murciélagos sangrientos,

los pensamientos infectos de alcohol,

que te restriegan luego, en los labios,

el cieno putrefacto de la noche.

 

Pero el tiempo se nutre de uñas,

y nos obliga a permanecer en ayuno,

estar insomnes en la casa sin calor,

invirtiendo el miedo en fe.

 

Largas noches que te rondo,

en la vigilia densa de tu alcoba,

cuando me sorprende el alba,

en el orgasmo puro y final

de haberte respirado, muy cerca.

 

Quiero un mar para demostrártelo,

un mar de tiempo y deseo.

Sin juramentos pueriles

que idealizan vanos sueños.

 

 

Con motivo de un recuerdo volátil

 

Un recorte de papel, llega con el vuelo diáfano

y momentáneo de la ventisca que los campos roza.

El campo de vides

son los puños cerrados de azabache

que aplastaran las costillas de los amados,

lejos de Alejandría.

 

Carbón quemándose entre los olivos,

mientras el éxodo persigue

nuestros cuerpos condenados

a la espera,

cerca de la fábrica de mármol.

 

En el estadio, el corazón anónimo

sin las manos quedas y concernidas,

arrodillada la inflexión sobre espinas,

para disipar el dolor compungido,

impregnado de naftalina para los recuerdos.

 

El recuerdo que acaricia cruel,

hincando, delicado el punzón,

sobre el deseo oculto,

castigo para la ambición,

con una fría gasa cubierta de alfileres,

que estando herido, ceñirías sobre el pecho.

 

Mi miembro,

 arrancado por un haz de luz mortecina,

disparado por un farol de la calle,

que entre las sombras rígidas y posadas,

entraba por la ventana,

afilándose…

 

 

A tales modos

 

 

Con desinterés propuse tales esculturas,

un día por azar, dispuesto a cubrir el vacío del cielo,

y cernir, la rutina que desnivelaba la balanza.

Dispuesto a ensalzar erectas decisiones,

y no decaimientos solemnes, en plena soledad.

 

Circunferencias nostálgicas expuestas,

panteones de acero, voluptuosidad de barro.

La edad plastificada de las modelos,

la sangre vertida en un ascensor averiado.

Y entonces acudían los oradores.

y se convenían las obras maestras…

 

Docenas de veces, preferí hoteles solitarios,

donde esconder las manos cómplices,

entre el polvo y lo impersonal.

Con el miedo de puntillas en el dorso,

absorto en la misma página de un diario,

en una terraza llena de ortigas,

y viejas cupletistas desafinando en una cafetería.

 

Con desinterés, me fui marchando,

refugiado tras una especie de sonrisa,

levantándome el  cuello del abrigo y receloso;

atrás quedaba el sometimiento anterior,

 la castración sometida,

el saludo cortés, la comedia y el esperpento.

Y todo lo que después es nada.

 

Exit.

 

 

Reducción

 

 

Hay malas conexiones con estas ideas lanzadas,

que me han ido reduciendo en polvo.

Estrellas distantes colgándose de mis orejas

 sintiendo el peso de la falta de tiempo.

 

Me había ido con mis dedos rozando

la pared fría y blanca del pasillo interminable,

por donde un pasadizo daba al abismo.

A mi costado los metales decían…;

me dolían los vacíos y los barcos hundidos,

las pasiones descargadas y los párpados,

la puerta al abrirla y la luz al apagarla.

 

Oigo música a intervalos,

 con goteras calando la mente,

y en el otro extremo de la avenida hay un agujero

en la sien sin luna,

por donde se asoman los guardianes del mundo,

con túnicas siempre sudadas.

 

Me había ido orinando en los pantalones,

acojonado por el terrible silencio.

 

 

 

En el comedor

 

De reojo,

desde la ventana trasera me miraste.

Sardina, cuchara y tensión,

saltaron del plato,

manchando mi manga izquierda.

-Eran las ocho hace un instante-

 

El zigzag de cielo que veo es la incitación,

a través de los bloques hueso-cariado.

Me llega tu pensamiento por la espalda,

proyectado en mi hombro.

Cuando la botella absorbe su sombra,

como tú haces con tu vida a veces,

sin anunciarte, sin perdonarme.

Mientras yo,

 trazo estos esbozos de sensaciones,

para mostrártelo, tal vez, si confío…

 

Bajé la mirada,

recogí mis ojos del poso de la taza,

y tu ausencia, de pronto, más pálida que nunca,

desde atrás, me observaba.

-Son las ocho en punto-

 

 

Fieles días

 

Eso supe ayer, lo supe ayer.

Pero ahora e incluso nunca:

eso nunca sabré.

De pasado de consumación exhibida.

De.

Cartas salmones,

evocaciones deformes

sobre cualquier mesa,

volando la ceniza,

hacia la ventana entreabierta,

 

Solsticio en  la mente,

originando fuerzas,

acumulando proyectos

en los cajones celestes.

De horas que no existen.

De horas prendidas a un nervio óptico,

en fieles días.

 

 

Las horas muertas

 

Así las horas han muerto,

echando cerrojos a la luz.

Te he esperado una vida,

Delfín, o sólo pompa cálida,

en las horas de cemento que separa los días,

con ansia, en punto, a la misma hora.

 

Te he esperado sin acabar de llegar,

como se espera un beso en la mañana,

un latido al lado al fin,

una mueca feliz que rebase al monstruo del mundo.

Sin acabar de llegar,

las horas muertas esperando,

las horas de hastío a mi alrededor.

 

Así, mi sonrisa se ha dibujado un instante,

y las horas se morían en el jardín esta tarde,

de vuelta a un silencio que provenía de los muebles

y la alegría se reclinó sobre mi hombro,

peso ingrávido, de calor maternal…

Así las horas de miedo, hoy han muerto.

 

 

El amor que osa decir tu nombre, desconocido

 

Dar un paso,

cruzar esta sala inmensa,

que anhela figuras como pompas de aire.

Estar en calma, renacer a tu lado,

envuelto entre sones pausados,

disfrutando las cordilleras transparentes.

 

Tu torso desnudo,

a la luz cómplice del ébano,

en una languidez de belleza cuajada,

donde la tibieza terrenal nos asuma,

donde una gota de tu sudor,

 es un destello mágico,

que mi lengua capturará…

y se da la explosión de todo.

La emanación de nuestros orígenes,

la dulce asimilación de la hermosura,

reduciéndome a humilde siervo.

 

Volver a sala,

cuando la piel se aplaque

y el viento moje los vestidos,

cuando la nieve cubra nuestras cejas,

a la espera y a oscuras, para retomar,

ávido de sorpresas el rito.

Celebrar ceremonias otoñales,

recién  bañados en vino y rosas,

en balnearios naturales,

donde nuestra prominencia ocre-áurea,

rebose de voluptuosidad vegetal

y de ocasos dulcísimos.

 

Dar un paso cada tarde,

para no salir de esta sala,

donde no nos abrumen

ni mosquitos,

ni deidades…

 

 

Decadencia

 

La calma salpicaba mis pies ayer,

cuando oí de una voz desconocida,

caer monótona la última sentencia,

a bajo volumen, como agotada en un tintero.

Y hallé, cubierta de intenciones,

nuestra propia decadencia,

reanudando otra jornada.

 

Has ofrecido la mano,

y hubieras ofrecido tu alma,

de no ser por la excusa de siempre:

la puntualidad y la coherencia.

 

Te ofrecí el mar, el tiempo preciso,

pero algo dictado en tu mirada,

destruía mi buena disposición sin fines.

Te pertenecía el tiempo

que transcurre en tertulias formales.

jamás en callejones pestilentes.

Las resacas diarias y discretas

te han destrozado la visión de la realidad,

los horarios muertos y el jazz de cada noche,

te han confundido la cocina con el retrete.

 

Pompas gélidas  hubiera arrojado en tu espalda,

para mitigar tu mediocridad cargante,

nunca para que malinterpretaras una tentación.

Te hubieras dormido largo y tendido,

de no ser por el sol, dijiste,

¿De no ser por qué?

Yo no hice sino perder kilos escuchándote,

por tener la osadía de mencionar un brindis

y tomarme, a tu salud, el orgullo.

¿Dónde hemos quedado? –preguntaste-

Cerré la ventanilla y aceleré.

Eso fue ayer y antes de ayer, lo de ayer…

 

 

La garza rosa

 

Sé que es en tus cálidos ojos

donde hallo tiempo suficiente,

para estudiar las cosas.

Los llanos son tu vientre,

hacia donde me estiro y cuento rosas

en la circunferencia astral,

antes de morir en la casa abandonada.

 

Y la garza rosa de tu mirada,

que no sucumba en el camino,

que no se inquiete en el duelo.

Porque Dios te guarda,

Dios, con esa lentitud que el aire,

tiene para llevarse viejas hojas.

 

La garza rosa se inclina,

me echa su aliento y me dice…,

pero no comprendo su lengua,

y entonces, me ofrece una ramita verde

prendida de su pico, que sabe a menta.

 

La garza rosa se esconde

en el croquis de un mapa desgastado,

señala un puente, con tus brazos estirados,

frontera contra mi pecho,

de apariencias vegetales.

 

Sé que es en tus cálidos labios

donde mis promesas bogan en calma,

al fin materia, dura simiente anclada.

Y los locos gritando obscenidades por la calle.

Mientras la garza rosa de tu mirada,

entra por mi norte,

y conquista mi suroeste.

 

 

Palabras

 

 

Temblor sentido en un instante.

Conozco la ignorancia de un cuerpo virgen,

y el temblor sentido en ese instante.

Conozco el miedo, pan y leña de la infancia,

y el temblor sentido en un instante.

Sabemos que hay impulsos, indiscreciones,

ríos, persistencias, obsesiones y tragos largos.

Y el temblor.

-Palabras que cortan el aire-

 

Sabemos lo que nos mueve sin llegar a pronunciarlo,

y el dolor.

-Palabras que se pudren en el pecho-

Sabemos lo que levanta pasiones y seseras,

y el clamor.

-Palabras que estallan en la sien-

 

Sabemos lo que escurre como un pez y la materia,

y el sopor.

-Palabras vacías desde un precipicio-

Sabemos lo que inunda los pozos ya desbordados

y el valor.

-Palabras respiradas de otro aliento-

 

Hemos llegado a dar un paso incierto,

en el intento de romper el temor,

 cayendo, rodando y temblando en un instante.

Hemos querido ver e indagar más,

palpar el hueco de evasión, sin entorpecer,

no querer saber nada después.

existir apenas,

tras el temblor sentido ahora.

 

Sabemos que el viento arrastra

las palabras que faltan,

y las que no escribiste siquiera…

Y el temblor sentido en un instante.

 

 

El río Avon

 

Los hombres nos besaban en los labios,

temblando sobre la hierba,

temiendo otras intenciones.

El río callaba sin guirnaldas en la orilla,

en silente atardecer.

Con la caricia ajena de los tejados en mi espalda.

 

Entre mis manos un cuaderno,

como débil lámina de susurros.

Los patos huían hacia un fondo de manto gris

que se estiraba sin límites, hasta la arboleda pálida,

que abrigaba el roce doliente y viril de los álamos,

sobre la tarde que cuajaba, tan hermosa, mi mirada.

 

Al final, nuestra compañía era inigualable,

estábamos más que solos, tan solos…,

separados por tantos años y sueños que…;

pero era una soledad mutua, perfecta,

sin las manos mustias del desamor aún.

 

Los hombres besaban las estatuas llovidas y verdes,

abandonadas sin la sabia y la sangre,

y el río nos besaba a todos los paseantes,

brisa amable que desconoce el pudor.

Nos besaba en los oídos,

y besaba a los álamos, a los patos,

y al verde cálido de la explanada.

 

 

Esto

 

Tengo el sueño de una roca,

y no luego, despertaré.

Por las anchas avenidas,

los corazones injertados

latirán sin miedo esta vez.

 

La cola de admisión al privilegio del trabajo,

adormecerá a los acorralados sin títulos.

En tu armario, esta noche, mi guitarra

tendrá una obertura en sí-bemol,

y no renunciarás a la oferta.

 

Tengo el sueño que no vence,

y no luego, para amarte:

absorber el aire que derrochas por tu casa,

abrazar la arruga de tu cuerpo ausente,

acurrucarme en tu cama,

 oliendo a todo lo tuyo.

 

Por los días tachados de tu agenda,

sé que un perro orinó en un asunto serio.

Por tu desnudez que aspira conformarme,

con todo esto.

Esto,

 sin que me cubra de placeres y jactancias.

Esto,

 sin pretender ya jamás lo otro.

Esto que me muestras como selva virgen,

y no soñar en vano por lo ajeno.

 

 

El miedo tan cerca

 

 

Ni siquiera tengo el soplo que abriga

y protege los párpados del temor a despertarte,

a descubrir tu desnudez,

entre las sábanas padecidas y ondulantes.

Ni siquiera tengo el minuto,

ni el tacto o roce tibio que eriza el vello,

que te separa los brazos y te somete

al gozo intenso o volcánico.

 

Amor, la soledad se quiebra,

y no deja restos ni anhelo en las paredes,

sólo un clamor vencido que se vuelve  frío,

y es madera, es cemento, es final,

donde los cuerpos se torturan,

por descuido fugaz del tiempo,

capaz el tiempo de hundirte

en el cuenco de su hoguera.

 

El dolor se nutre de ti, y se hace fuerte,

conformando el deseo con rutina,

y tratando a la voluntad con hastío.

Los propios sueños riéndose de ti…,

que no te encuentran.

 

Las habitaciones son enormes espirales,

junglas con leones en maletas,

pasillos de helechos que te enredan,

cuadradas formas que te derrumban y aplastan.

 

Amor, la oscuridad es  vacío,

es presagio, prisión de notas repetidas

e interminables que ensordecen.

Amor, la ternura está lejos,

y el miedo tan cerca,

tan cerca que hasta mis manos temen

el cansancio que las vence.

Amor, y miedo de los sueños.

 

 

¡Dame un susto!

 

Me río ahora.

Me cuelgo sobre el pecho la insignia,

que nos identifica.

Tomo un poco de aliento,

salgo a la calle, respiro y huelo.

Temo no encontrar

el regazo necesario,

la hora exacta,

el lugar idóneo.

 

Dame un golpe en el hombro,

si titubeo, anímame.

Dime que el sol se pone

si es cierto.

 

Me cuelgo sobre el pecho la ofensa,

grito los pecados

que no confesaría jamás.

Retiro de mi faz el miedo

por penúltima vez,

escupo óxido secreto,

pero exhalo, respiro, resuello…

 

Dame un beso en los labios

si no me olvidas ahora.

Si no lo vas a hacer…

Cuéntame cómo escapar

ajeno a este juego imparcial,

donde no sé,

que ha sido de mi papel.

 

Dame un susto.

Hazme reaccionar.

 

Lo que diría

 

Besando mí miedo había ido,

por fiestas y también en tardes, solitario.

Miedo de basalto y caliza porosa.

Frío acantilado entre tripas

que tienden a almacenar.

Por los callejones angostos

de un pueblo vacío, pero besándole.

 

Te diría que no existe del todo,

pero las horas corroen

y ese animal que transforma

cortinas en fuegos no está.

Llorando de nada sirve,

con ello mi miedo se robustece

y nace un silencio perro,

un halo cabe al trastero

de ponzoña y reciclaje.

 

Besando mi silencio te había amado,

derribando tus defensas y columnas,

pero aún así, las escenas eran demasiado claras,

las voces y las lenguas eran sacos abiertos

donde las culebras te ahogaban.

 

Pero no, no, yo te diría que las escenas eran claras,

que mi miedo se quejaba, excesivamente cruel conmigo,

y te diría…, sabes bien todo lo que te diría,

pero mi miedo de basalto y caliza porosa,

lo impide muchas veces,

a veces, cuando te he rozado apenas.

 

Los cachorros de la hiena han crecido,

y el miedo va envejeciendo lentamente,

entre mi cuarto y la cocina.

Besando mis fatigas he despertado,

el corazón tambaleándose de cansancio,

con mi miedo besándome en los labios sin sentirlo

por fiestas y también en tardes, solitario,

con mi miedo de basalto y caliza porosa.

 

 

Todos los días, todos

 

  I

 

Todos los días de la tierra

abierta en surcos y ventanas.

En las ventanas del día,

la luz se tronchaba silente,

en los cajones vacíos,

y en la papelera llena de testimonios.

 

Las paredes blancas de la tarde,

en la penumbra que dicta decretos,

que empañan de vaho los cristales,

acostumbrados al frío y la acritud.

 

Las blancas mañanas rotas en la cocina,

como figuras de yeso contra el suelo;

la mañana en camisón por la escalera desciende,

devota misión sin complejos.

 

Todos los días de la sombra,

alelando el sopor bajo la almohada,

y la cadena de delicias en papel ceniza,

arrastrando el miedo con zapatillas.

 

De la puesta de las noches,

un ratón podrido de la guerra,

existe al lado de millones de besos prometidos,

que aun detienen en la antesala del consejo.

 

 

Todos los días, todos

 

 II

 

El salón de los espejos recortado,

mientras alguien aplaza un juicio,

abarrotado de hachas y solapas polvorientas,

haciendo subir el termómetro de la codicia.

 

Todos los martillos de la vida,

en una estampa amarillenta,

con cielo de mayo de 1960, en Roma,

cayendo con fuerza en los tejados.

 

Casi todos los días de la tierra,

marcados con cruces e imágenes súbitas,

y por gusanos que mueren siempre a tiempo,

sin prisas ni memoria.

 

Las manos contra la pared y el día,

los pantalones caídos a los tobillos,

tocando las losas azules y amarillas.

Ascendiendo el frío amarillo y azul.

 

El muro de las horas del día, cae

para ver al fin, el cielo nítido de las noches

sin abejorros nocturnos en las cejas.

Y todos los días, todos.

 

 

De alguna manera

 

 

Ayer rodaba por la pendiente del sueño futuro,

sin saber adónde poner las manos para las caricias,

las mismas que saben herir y temblar;

y aquel montón de sensaciones que olían a muda limpia,

para luego volcar en la desesperanza, el viejo orgullo,

sembrado de rosales dolientes, en la noche más azul.

 

Hoy sé rodar como soplo empujado por el viento,

pero vuelvo a esconderme, desconfiado de mi mente.

Ayer, un gesto imprevisto era dardo certero,

hoy la estela que ilumina hace difícil seguir su rastro;

cuando se van secando los manantiales, o así lo crees,

en la sien encuentras el secreto más claro de lo humano:

la certeza cruda, frente a la razón díscola.

 

Saber que estás aquí como si nada,

porque todo tiene un fin, como piedra,

como furor clandestino que masturba

 el aire contenido y sacia en la tristeza,

como al hambriento el pan.

Para luego no acabar de pensar que mañana quizás,

esté a punto de asomar… ¿el qué?

 

El día en que cuando las ciudades se apagan,

y no acabar de encontrar la llave

para imaginar la puerta.

No acabar de encontrar vestigios,

vidas silentes, odios e imposiciones;

incapaz de girarte en la cama y mirar,

decir un no, simplemente.

 

Ayer surcaba mis laderas entre insomnios

y bebía la sombra del agua al mediodía,

deshilachado el valor frente a la duda,

el rosa de los atardeceres frente al azul nocturno.

Ayer en austera vigilia, en pleamar de deseos,

me enfrentaba con fe y miedo al todo

que todo lo engulle y lo asimila,

al sempiterno vapor que despide la verdad,

cuando estalla y nubla lo silenciado.

 

Ayer nadaba en las confusas aguas de la ilusión,

el tedio de la quimera empolvada de presagios,

la insensatez de la alegría casi ahogada,

entre evasiones primerizas, torpes y náufragas.

 

Ayer seguía estando por aquí,

sin la pasión idealizada ni la famélica razón de la cordura,

degollando sin saberlo, la virtud de amar;

hoy después de correr y caer por enésima vez,

abro la puerta sin prisa como el corazón,

o tal vez sin demasiada.

No lo sé.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Poemarios y Relatos

Poemarios y Relatos

Poesía:

La Eternidad Efímera   -Primeros poemas- Editorial Casa Eolo, 2012 

El Exilio Voluntario   Editorial Casa Eolo, 2013

En Aras de un Susurro que Nunca nos Llega   Ed.Recerca.1999 

Terminal Babilonia    Editorial Recerca. 1999 

Los Colores Vividos /Del Color que Destila Afortunadamente la Pureza  Editorial Art Gerüst. 2014

Opus XXI   - 2011 www.bubok.es

El Trastero del corazón   www.yoescribo.com, 2003(edición especial en libro de autor) 2010 

Todas las Herramientas    Ediciones Osiris, 2012

Terminal Babilonia -Updated- 2007-08, Editorial Casa Eolo, 2013

En aras de un susurro... -Revisitado-2008 , en fransilvania.es

Pequeñas Grandes Máximas   Editorial Casa Eolo, 2012

Las Palabras Justas  Editorial Casa Eolo, 2012

El lenguaje interior   Ed. Letras Cascabeleras, 2015

Ritos pánicos  Ed. Letras Cascabeleras, 2017

 Final e inicio -El nexo constante- TauEditores, 2017

Circuito integrado(R)de un tripulante prófugo - El abismo Edita2018

 Antología del abismo, 2019 - Ediciones Vitruvio. 

Reflexiones y taquicardias, 2020 La equilibrista editorial. 

Ensayo para una misión, Versátiles Editorial, 2021. 

Una revisión a la realidad, 2022 -ErisEdiciones.

Lo que no confesé a Nikola Tesla, 2023 - Olé Libros Editorial 


 

Relatos

Los Años de Gloria en Fransilvania.es

Los Países profundos  publicado en "El fill d´Ariadna" Ed.Pruaga-Recerca, 2000 y en "La Bolsa de Pipas", Ed.Sloper, 2012

Éxitus -inédito-

Microrrelatos: 

Pegaso  Revista Kcreatinn, 2016, Perú.

Deshabitados revista Madreselva, 2015 y en Kcreatinn, 2016

Colaboraciones

Un mar de poemas solidarios Editorial Afers,2012, Valencia.

Asesino en sueños Editorial Casa Eolo, 2013 y en Fransilvania.es

Poemas al director "68 miradas críticas en tiempos de crisis"

 Bubok.es, 2013

Celebración desnuda, video-poema, Revista La Galla Ciencia, 2015

Versos en el aire - Fluctuación- Diversidad Literaria, 2016

Poesía por alimentos- Asociación Habla Valladolid, 2016

Relatos Disueltos en Sombras -fransilvania.blogia/2024

 

*También en Ed, Sloper en el nº de julio 2012, el poema "Color Blanco" del poemario inédito: Los colores vividos.